lunes, 14 de septiembre de 2020



 ¿PORQUE ESTUDIAR LA BIBLIA? ( R. C. Sproul )

 

Nuestras mejores intenciones con frecuencia se debilitan por estados de ánimo y caprichos, por tal motivo es bueno examinar  las razones por las cuales estudiar la Biblia. 

 

DOS MITOS

El mito que ocupa el primer lugar en nuestra galería de excusas es la idea de que la biblia es demasiado difícil de entender para una persona normal.

 

Mito 1: La Biblia es tan difícil de entender que solo los teólogos con mucho conocimiento y preparación técnica pueden manejar las Escrituras.

 

Este mito es repetido por personas sinceras, “ cada vez que trato de leerla no la entiendo”, cuando alguien dice eso, quizás espera escuchar :

Ø “esta bien, te entiendo, realmente es un libro muy difícil, y amenos que te hayas. Preparado en un seminario , quizás no deberías acercarte a el.” 

Ø “Lo se, es muy sombrío, muy profundo. Te admiro por tu incansable esfuerzo, tu trabajo tenaz por tratar de resolver el enigma místico de la Palabra de Dios. Es triste que Dios haya escogido hablarnos en un lenguaje tan oscuro y esotérico que solo los sabios lo puede captar”.

Nos sentimos culpables y queremos acallar nuestras conciencias por descuidar nuestro deber como cristianos.

Pero, si podemos leer el periódico, podemos leer la biblia. 

 

Mito 2: La Biblia es aburrida.

 

Esta declaración refleja, no tanto una falta de habilidad para entender lo que se lee, sino un busto y preferencia por  lo que se considera interesante y emocionante.

Cuando las personas dicen que la Biblia es aburrida me hacen preguntarme porque. Los personajes bíblicos están llenos de vida. Existe una pasión especial en cuanto a ellos. Sus vidas revelan drama, aflicción, lascivia, crimen, devoción, y todo aspecto concebible de la existencia humana. Hay reprimenda,remordimiento, contrición, consuelo, sabiduría práctica, reflexión, psicología, y ante todo, verdad. Quizás el desinterés que algunos experimentan, se debátalo anticuado del material que puede parecernos ajeno. ¿Cómo se relaciona la vida de Abraham – que vivió hace tanto tiempo y tan lejos- con nosotros? Aunque su ambiente fuese diferente al nuestro, sus luchas e intereses son muy semejantes.

 

 

LA CLARIDAD DE LA ESCRITURA

EN el siglo XVI los reformadores declararon su entera confianza en lo que denominaron la “perspicuidad” de la Escritura. A lo que  se referían con ese término técnico era la claridad de la escritura.

Afirmaban que la Biblia era clara y lúcida. Es lo suficientemente sencilla para que cualquier persona letrada pueda entender su mensaje básico. Esto no significa que todas las partes  de la biblia sean igualmente claras o que no haya en ella pasajes o secciones difíciles. Los laicos sin preparación en cuanto a lenguas antiguas y los aspectos críticos de la exégesis pueden tener dificultad con algunas partes de la Escritura, pero el contenido esencial es lo suficientemente claro para ser entendido con facilidad. 

Algunas partes de la biblia son tan claras y sencillas que resultan ofensivas a aquellos que sufren de arrogancia intelectual.

 

Si usted ha sido uno de esos que se ha apegado a los mitos del aburrimiento o la dificultad, probablemente se deba a que usted le ha atribuido a la totalidad de la Escritura lo que ha encontrado en algunas de sus partes. Puede ser que algunos pasajes hayan sido particularmente difíciles y os unos. Otros pasajes le producían haber dejado confundido y desconcertado. Tal vez esos debieran dejárseles a los eruditos para que desenmarañen. Si usted encuentra difíciles y complicadas algunas porciones de la Escritura, ¿debe deducir que la totalidad de la Escritura es aburrida e insípida?

 

EL PROBLEMA DE LA MOTIVACIÓN

Existe una diferencia entre leer y estudiar la biblia. Leer es algo que puede hacerse pausadamente, estrictamente como pasatiempo, en una forma casual y desenvuelta. Pero el estudio sugiere labor, trabajo serio y diligente.

Por tanto, he aquí el verdadero problema de nuestra negligencia. Fallamos en nuestro deber de estudiar la Palabra de Dios, no tanto porque sea simple y aburrida sino porque es trabajo. Nuestro problema no es de falta de inteligencia o de pasión, nuestro problema es que somos perezosos.

 

Karl Barth, el famoso teólogo suizo, escribió en una ocasión que todos pecado encuentra sus raíces en tres problemas humanos básicos. En su lista de pecados rudimentarios incluyó los pecados del orgullo (hubris), la falta de honestidad, y la pereza. Ninguna de estas maldades básicas queda erradicada instantáneamente por medio de la regeneración espiritual. Como cristianos debemos luchar contra estos problemas por medio de un completo peregrinaje. Ninguno de nosotros es inmune. Si vamos a tratar con la disciplina  del estudio de la Biblia, debemos reconocer de#e el principio que vamos a necesitar de l a Gracia de Dios para perseverar.

El problema de la pereza ha estado con nosotros desde la maldición de la caída. Ahora nuestro trabajo está mezclado con sudor. Crecen con más facilidad las malas hierbas que el pasto. Es más fácil leer el periódico que leer la Biblia. La maldición del trabajo no desaparece mágicamente por el hecho de que nuestra tarea sea  la de estudiar la biblia.

 

Si usted ha leído la biblia toda, usted forma parte de una minoría de cristianos.

Si usted ha estudiado la biblia, se encuentra en una minoría aún más reducida.

¿No es sorprendente que casi todas las personas que estén listas para dar su opinión en cuanto a la Biblia y sin embargo tan pocos la hayan estudiado?

Muchas personas la estudian con el fin de encontrar posibles escapatorias para poder esquivar el peso de su autoridad.

 

 

 

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